- Pero son para esta tarde, hacemos a tiempo.
- No! no te das cuenta que ya se pone el sol?
- Tranquilo, faltan un par de horas. Andá, sentate y descansa, yo sigo.
- Bueno, gracias, avisame si necesitas una mano.
- Vos andá.
A las tres horas y media, el farol aterrizó sobre la cabeza del de gorra azul. El segundo, sin pensarlo acudió a su encuentro, para avisarle que ya estarian llegando. Que ya terminaría el tiempo. El tiempo.
Cuando todo se apague, quien nos va a alumbrar? Hasta cuando tenemos? Yo sé! No, no sé.
Sabemos cuando se pone el sol, sabemos que tenemos que apurarnos.
Pero no te apures.
Ofrecé flores.
sí, flores.-
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