Condenada risa sin espasmos alejada de toda luz que la miraba, que la contemplaba sin hablar, haciendo eco de sus maniobras alocadas, muecas burlonas y ansiosas por volver a tocar esas ramas que acariciaban conteniendo un pedazo de su mano de aluminio, de sus palabras al callar. Estrellándose al caer una hoja de celofán, un pedazo de pan, alfombras de madera, alfombras de alquitrán, ojos de luna, ojos de metal. Ahí abajo reposaba yo, contemplando todo aquello, siendo testigo de cierta inmensidad, sapo de campo, sapo de ciudad.
Roces al viento
2/15/2009 01:39:00 p. m. | 0 Comments
Condenada risa sin espasmos alejada de toda luz que la miraba, que la contemplaba sin hablar, haciendo eco de sus maniobras alocadas, muecas burlonas y ansiosas por volver a tocar esas ramas que acariciaban conteniendo un pedazo de su mano de aluminio, de sus palabras al callar. Estrellándose al caer una hoja de celofán, un pedazo de pan, alfombras de madera, alfombras de alquitrán, ojos de luna, ojos de metal. Ahí abajo reposaba yo, contemplando todo aquello, siendo testigo de cierta inmensidad, sapo de campo, sapo de ciudad.
0 comentarios:
Publicar un comentario