Secretos del Viento

Secretos del Viento
Haceme click

Donde termina cada recorrido

7/03/2009 05:54:00 p. m. | 0 Comments


¿Y después que sigue? ¿Cuándo empieza la película? ¿Cuándo termina? Cuando apagué la luz, las palabras venían solas. A lo mejor es preferible escribir a oscuras.
Todo me parece diferente ahora, pero no estoy aquí para hablar de eso ahora. Ahora hay otras cosas que tienen más importancia. ¿Cómo se m¿llama el ruido que produce la caída de una piedra en la boca ó estómago de algún río? ¿Por qué los colores se me hacen tan extraños a veces? A veces quiero escapar pero no puedo. Puedo contemplar el silencio de una playa con los ojos cerrados, pero no su amanecer. Amanecer pensando en que hay una hermosa luz atravesando mi ventana, que es temprano y hay mucho por hacer, es vivir. Vivir... ¿Qué es vivir?

You and I and Dominoes

7/03/2009 05:23:00 p. m. | 2 Comments


Salí buscando algo que no dejé enterrado sino por balas de un mal presentimiento de que iba a caer mi bicicleta rodando en aquella colina, donde todo parece irreal hasta el pájaro que vi lentamente morir en su jaula, tambaleante, pidiendo ayuda, mordiéndose los dientes, el titiritero a carcajadas ya, desplomándose de risa de la desgracia de otros ojos de mar.

¿A quien le iba a preguntar sino a vos, porqué todo es tan diminuto, todo pasa desapercibido, transparente y mudo?
Bajo abstractas letras que no recuerdo, muerdo y escribo lo que no veo, cómplice de una indeseada noche de remordimientos toscos, pero útiles, prontos, en vano ahora, sobre tus manos, sin huellas.

Por la ventanilla observaba una incandescente sonrisa en grandes charcos de cemento, aparentando estar calma, pero muy inquieta, estrellando suspiros sobre el cristal, recordando lo que no digo.
Casualmente intentaba imitar la indiferencia de mi compañera de asiento, pero me fue difícil, me es difícil recordar que sabía de que se hablaba en aquél subibajas, pero me es útil al mismo tiempo.
A las apuradas, acelerados, como si se les fuera a terminar el suelo por donde corren, creen hacer todo bien, muchas veces no se fijan en eso. La ventanilla de aquél colectivo era un poco extraña, pero real, no estamos acostumbrados a hacer este tipo de observación, no estamos acostumbrados a mirar por esos vidrios detalles precisos.
Rastros sacudidos de lo que eran relojes mentirosos, hundidos en ojos perdidos en algún oscuro rincón, indicisos, como siempre.
La hermosa sensación de no tocar el suelo con los pies, ese momento único donde todo me sale bien, donde no se necesita de otras cosas para ser feliz, sólo lo sentía cuando dormía.
Pero al bajar, todo vuelve a ser igual. Y quedan sombras sin contar.